- Poco a poco. Introdúcelo en tu rutina poco a poco hasta que te sientas cómoda usándolo todas las noches.
- No mezclar con vitamina C. Si quieres usar un sérum o tratamiento que contenga vitamina C, hazlo mejor durante el día y reserva el retinol para las noches.
- Tampoco mezclar con exfoliantes. Las noches que uses retinol, evita utilizar cosméticos que contengan ácidos exfoliantes (láctico, glicólico, mandélico, etc.), ya que pueden provocar irritación.
- Sobre la piel seca. El retinol aplicado sobre la piel húmeda puede ser muy sensibilizante. Después de lavarte el rostro, espera unos minutos a que esté totalmente seco.
- Un ‘push’ es suficiente. El retinol es un ingrediente de alta potencia y efectividad, por tanto, con una pequeña cantidad es suficiente para todo el rostro.
- Retenlo con una crema hidratante. Utilizando una crema espesa sobre el retinol, conseguirás mantener la hidratación dérmica y evitarás que se deshidrate durante la noche.
- Con protector solar. De nada sirve cualquier tratamiento anti-edad sin un factor de protección solar. Utilízalo cada mañana y reaplica durante el día.
- Incrementa la hidratación de la piel
- Rejuvenece la piel.
- Aporta luminosidad a la piel.
- Mejora la textura de la piel.
- Cierra y disminuye el tamaño de los poros.
- Efectivo contra las manchas solares y otros tipos de hiperpigmentaciones.
- Regula la producción de grasa.
- Favorece la renovación de las células de la piel.
- Tiene efecto antioxidante.
- Disminuye las líneas de expresión.
- Suaviza las marcas residuales como las que puede dejar el acné.
- Elimina las células muertas.
- Mejora las arrugas finas y profundas.
- Estimula la formación de elastina y ácido hialurónico para mejorar la firmeza y elasticidad de la piel.